Hay pocos grandes descubrimientos arqueológicos y de éstos, aún menos sirven para reescribir la Historia y cuando esto ocurre, lo más normal es que se genere una enorme controversia, como por otra parte es muy lógico.
El hecho de presentar a la comunidad científica
un hallazgo de tal calibre suele chocar no sólo con la evidencia presentada
hasta la fecha, sino también, con otros aspectos como el ya comentado bibliocentrismo
y, sobre todo, el "dogma" académico.
Pero claro, todo esto es lógico, el abrumador
peso de la prueba tiende a hacernos pensar que lo que sabemos hasta hoy de algún
aspecto, es lo que sabremos ya siempre, pues parece que nada lo hará cambiar,
que es la verdad absoluta.
¿Y qué ocurrió en Glozel?.
Recordemos que en la localidad francesa de Glozel,
muy cerca de Vichy, a principios de los años 20 del siglo XX, se produjo un
hallazgo que para muchos debería servir para cambiar la historia, para otros
está mal datado y sólo unos pocos siguen pensando hoy en día que está
falsificado.
En resumen, se trató del descubrimiento de tablillas,
vasijas, ornamentos, etc... en una enorme cantidad en un lugar
hasta ese momento inexistente para los arqueólogos.
El problema no deriva del mero hecho del
hallazgo, sino de otros dos aspectos (tres, diría yo) que lo convierten en un
lugar único.
La datación: En un
primer momento y en la época del hallazgo, no había tecnología para proceder a
un datado exacto y tampoco había muchas referencias. Con los años, pudieron
realizarse dataciones científicas por parte de laboratorios independientes. Los
resultados revelaron que los restos eran mucho más modernos que lo que pretendían
sus descubridores, sin embargo es cierto que había restos de animales muy
antiguos, así como representaciones de animales extinguidos miles de años antes
de la fecha de elaboración. El hecho de que las herramientas halladas no
estuviesen desgastadas, hace pensar en su carácter votivo, lo mismo que las
extrañas vasijas antropomorfas sin boca (¿antepasados qué ya no pueden contarnos
nada?). ¿Podríamos entonces hablar de un lugar sagrado que mantuvo su condición
a lo largo de milenios y por ello se acumulan objetos tan diferentes y con
fechas tan diversas?. A mi me gusta esta posibilidad.
La escritura: Sin duda
alguna, este es el aspecto más polémico de todos. Se han encontrado tablillas y
objetos grabados con símbolos que muchos consideran alfabetiformes
(cuesta mucho trabajo pensar en otra posibilidad), si así fuera se trata de una
escritura desconocida, que parece guardar, en algunos signos, parecido con
otras escrituras, como el fenicio arcaico, pero, sobre todo, signos
presentes en grabados rupestres que parecen repetirse en TODO el mundo
conocido.
¿Hablamos de un protoalfabeto común a muchas
partes del mundo?
Puede, o puede que se trate de un resumen de símbolos
que aparecen a lo largo de la evolución del estadío humano (a igual estado de
desarrollo, igual simbología).
Pero el principal aspecto polémico no es otro que su
mera existencia o su localización, pues el dogma nos dice que la historia
comienza en las regiones que van desde Anatolia hasta el Golfo Pérsico,
pasando por el Levante que nos lleva a las tierras egipcias, cualquier
otra posibilidad es inmediatamente tachada de fábula o falsificación, de tal
modo que si el hallazgo de Glozel hubiera ocurrido en Turquía,
ahora figuraría en los libros de texto y se habría estudiado en profundiad.
Más allá de qué es lo que oculta Glozel,
de qué es lo que ya ha mostrado, de si este hallazgo demostraría que la
escritura comenzó en Europa y no en Oriente Medio, lo que a mí me
interesa resaltar es la inmensa controversia que despierta un hallazgo que
contradice lo académicamente aceptado hasta el momento.
El descubrimiento de Glozel fue casual, no
pudo ser de otro modo, pues nadie hubiera escabado allí, ya que no hay ninguna
referencia clásica del lugar ni aparece citado en la biblia.
Creo que es estadísticamente muy probable, como
de hecho los últimos descubrimientos en Gran Bretaña parecen demostrar,
que en el mundo y más concretamente en Europa, existen un gran número de
descubrimientos pendientes que nos obligarán (sí, lo harán, como de hecho lo
hacen día a día) a reescribir la historia de la humanidad, que es mucho
más antigua y compleja que lo que siguen diciendo los libros de texto, que se
reescriben mucho más despacio que la evidencia.
El ser humano y su sociedad es mucho más antigua
de lo que creemos, como las figuras sin boca de Glozel quieren contarnos
a través de sus redondos ojos abiertos.
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