Los agotes constituyeron un colectivo marginado durante nada más y nada menos que ocho siglos (como poco) y que habitó zonas muy concretas del Pirineo, en Navarra y en la ladera norte, al sur de Francia.
La marginación a la que fueron sometidos llegó a extremos
difícilmente explicables cuando a día de hoy su origen, el de la etnia (si es
que existió) y el de los males achacados, siguen siendo un misterio.
No parece que formaran parte de un grupo racial o cultural
diferente que quedase aislado, pues su lengua y, en principio, su fe, parece
que era la misma que la de la población local. Sin embargo, algunos estudios prestan
atención al vocablo con el que se les designaba en el sur de Francia: "cagots"
o "cangots", que podría ser traducido utilizando el occitano
como "perros godos". ¿Estarían haciendo referencia a algún colectivo
de origen visigodo aislado en el sur de Francia tras el
asentamiento del dominio franco?, pero... en ese caso, ¿por qué tardamos tanto
en tener noticias suyas?, ¿y por qué ese odio extremo que no se dio en otros
lugares ni con poblaciones moriscas?.
Dos teorías compiten entonces por una explicación más racional.
Según una de ellas, su origen pudo estar relacionado con
poblaciones de delincuentes o fugitivos que huían de la justicia
y se refugiaron probablemente en leproserías, lugares dónde no serían buscados
y de los que ya sólo saldrían con el estigma del apestado, del intocable.
Pero hay otra que a mi me gusta más y que los relacionaría con
grupos de herejes cátaros huidos de la cruzada que acabó con ellos, pues
al fin y al cabo a este lado de los Pirineos tenían motivos para
sentirse más seguros, sobre todo en el Reino de Aragón, dónde muchos
acabaron.
Creo que sólo un odio (¿o miedo?) basado en un conflicto
religioso pudo explicar su marginación que llegó a obligarles a vivir apartados
del resto de la población, a ocupar lugares específicos en las iglesias, que
prohibió su matrimonio con "no agotes" (y con ello propició males
físicos producto de la endogamia).
Su estigma llegó al extremos de tener que realizar oficios
distintos a los de los lugareños, ya que no podían cultivar la tierra, que
quedaría impura, aunque no importaba que se ocupasen de la mampostería de una
iglesia o palacio.
Así, durante mucho tiempo se especializaron en el trabajo de la
piedra y posteriormente de la madera y es en éste punto en el que su historia
se me vuelve más interesante y misteriosa, pues parece ser que puede seguirse
su rastro a través de la obra en piedra de diversos monumentos a lo largo del
Camino de Santiago, desde Navarra hasta, probablemente, el monasteio de Moraime.
Y ahora es cuando voy a complicar más la historia.
Los agotes tuvieron que identificar sus ropajes con un
signo rojo que representaba una pata de oca. Sí, ese símbolo y no otro,
ese que vemos repetido desde Navarra hasta Finisterre en múltiples
piedras de iglesias del Camino; ese que algunos confundían con la vieira
del peregrino, ese símbolo que se identificaba con un animal cuyo nombre está
muy presente a lo largo de esta vía de peregrinación: El Ganso, Montes de Oca,
Villafranca de los Montes de Oca, Rioja (¿acaso Rio Oca?), etc.
El juego de la oca ha sido muchas veces considerado una especie
de juego iniciático manejado por peregrinos en el Camino, pero
recordemos que esa espiral representada en el juego es un símbolo ancestral muy
anterior y que tiene mucho que ver con el viaje interior, acaso con los pasos a
seguir para culminar con éxito una iniciación (¿del gremio de canteros del
Camino?).
Como véis, los gigantes, siempre juegan a la oca.
Os dejo con un vídeo promocional de la película Baztán que habla, precisamente, de agotes.
Me ha parecido muy interesante, no conocía nada sobre esto; realmente hay muchos enigmas y cosas por investigar aún en la Historia. Enhorabuena por tu blog que seguro que nos desvelará muchas cosas y nos despertará la inquietud de saber más de otras.
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