Es un tema conocido (y divulgado de las formas más curiosas, divertidas y extravagantes) el hecho de que la Gran Pirámide presenta ocho caras y no cuatro como las otras.
Lo que ocurre es que es difícilmente
apreciable a simple vista, pues el ángulo que forman los dos planos de cada
cara es muy pequeño (de unos 27 minutos) y, además, faltan todos los bloques de
revestimiento, que con su alisado harían más visible el efecto, aunque también
es posible que con dichos bloques, el efecto desapareciese.
Por si este edificio no encerrase suficientes incógnitas y
misterios hay que irle sumando algunos, ¿para qué se aumentó la complejidad
realizando las ocho caras?, ¿qué finalidad tenía?.
Fue André Pochán quién pareció haber resuelto el misterio
cuando en su libro "El enigma de la Gran Pirámide" divulgó una
fotografía de la RAF en la que se demostraba no sólo la existencia de estas
ocho caras, sino que parecía revelar la finalidad, pues se dijo que la foto
demostraba que en los equinoccios, una cara del lado norte y sur quedaba a oscuras, la oeste al anochecer, la este al amanecer.
Con la pirámide revestida de piedra caliza lisa (y según
algunas fuentes pintada de rojo o al menos escrita), el efecto (llamado efecto
relámpago), debía ser impresionante.
¿Y qué sentido tiene indicar los equinoccios?, bueno, pues en
una cultura solar como la egipcia, mucho, no deja de ser una especie de enorme
calendario.
Ahora bien, los resultados de André Pochán, no habían pasado
por un filtro científico (ver nuestro manifiesto) y parece ser que no lo han
soportado, pues cómo podéis ver en éste artículo las fechas más probables en las que pudo realizarse la
famosa fotografía fue el 23 de mayo o el 22 de julio y se demuestra que no
fue realizada en un equinoccio.
Parece que no es falsa si vemos esta foto moderna, pero desde luego la fecha no es la indicada en el libro.
Entonces, ¿para que sirven las ocho caras?, ¿es sólo algo estético?
El mero hecho de que la entrada, que quedaría tapada por los
bloques de revestimiento no se encuentre en el apotema de una cara (la linea
imaginaria que une el vértice con el centro de la base), sino unos metros
desplazada, parece indicar que el fenómeno fue buscado, que no es casualidad y
ese desplazamiento evitaría la entrada de agua procedente de los casi
inexistentes, pero torrenciales, fenómenos lluviosos.
Nada en la Gran Pirámide es sólo estético. Su complejidad estuvo muy bien estudiada, aunque su simbolismo se nos escape, por tanto, alguna razón de ser
tienen, aunque se nos escape en la actualidad.
Como casi todo lo referente a este edificio.
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