Cada vez son mayores las pruebas de que la prehistoria no ocurrió como hasta hace muy poco creíamos. En los últimos años el acontecimiento más impactante (no él único) ha sido el descubrimiento del yacimiento de Göbekli Tepe, en Turquía.
Se trata de un enorme complejo de restos arqueológicos de hace
¡11.000 años!, una cifra que hasta hace muy poco era considerada casi Paleolítico,
una edad en la que el hombre no esculpía, no tenía templos, no hacía
edificios de piedra... pero claro, eso fue antes del descubrimiento de Göbekli
Tepe.
Son características sus estructuras redondas (no todas, hay
algunas ovaladas o incluso rectangulares) de muros de piedra en cuyo perímetro
interior hay monolitos de 2 a 3 metros de altura, elaborados en un bloque de
piedra caliza con forma de T mayúscula, que disponen de muchos grabados con formas
de animales, incluso algunos antropomorfos. Además, en el centro de los
círculos o estancias hay dos bloques más altos, lo que sugiere a algunos
autores la posibilidad de que estuviesen techados. Y ojo, una de sus muchas
desconcertantes características, es que la complejidad parece mayor en los
estratos más antiguos, como si fuesen perdiendo habilidad, recursos o interés
con el transcurso del tiempo.
Pero lo que más nos importa es que quizá este yacimiento se
convierta en la gota que colme el vaso de la reescritura de la Historia. O quizá
no, quizá siempre estuvo escrita y no supimos ver. Consideremos que la población
más cercana, Urfa, apenas a dos kilómetros, ha sido considerada desde
los tiempos más remotos, el lugar de nacimiento del Patriarca Abraham y
de hecho allí se venera su gruta, ¿casualidad?. Nosotros creemos poco en las
casualidades.
Desde 1994, al frente del yacimiento se encuentra el profesor Schmidt,
que ha elaborado una muy sugerente teoría para explicar la posible función del
yacimiento que se resume en una frase, "el templo antes que la
ciudad".
Hasta ahora se suponía que fue la progresiva domesticación de
animales, así como el inicio del cultivo de algunas especies, lo que posibilito
el asentamiento de núcleos humanos que abandonaron el nomadismo. Así, el excedente
alimentario producido por la agricultura, posibilitaría otro excedente, el del
tiempo, que esos incipientes núcleos humanos pudieron dedicar a otras
actividades, como fue el culto religioso.
Pero puede que no ocurriese así, puede que aquellos humanos de
hace 11.000 años construyesen templos en lugares de culto a los que acudirían
desde regiones próximas o en períodos concretos para realizar sus ritos. De
hecho, en el yacimiento se han encontrado ingentes cantidades de restos de
animales salvajes y ningún enterramiento humano, lo que sugiere que no hubo
asentamiento (o aún no se ha encontrado), por lo que algunos investigadores
suponen que, Göpbekli Tepe, fue construido por una sociedad de
cazadores-recolectores que vivían en un auténtico paraíso, en el que inmensas
manadas de gacelas, constituían una enorme fuente de proteínas que complementar
con el trigo silvestre que allí crecía y sigue creciendo (recientes estudios
genéticos parecen confirmar que las especies más primitivas de espelta están
emparentadas con el trigo silvestre de la zona). Pero claro, ¿qué fue antes, el
huevo o la gallina?, es decir, ¿la gente que comenzó a cultivar trigo construyo
Göbekli?, ¿o fue la construcción del templo lo que atrajo a humanos que
acabaron cultivando trigo?.
Apenas a 50 Km. de Göbekli se encuentra el yacimiento,
hoy bajo las aguas de un pantano, de Nevali Çori, construido apenas 500
años después, en el que se han encontrado restos humanos, pues este ya es un
asentamiento, cuyo análisis ha demostrado que se alimentaban de cereales. Las
similitudes arquitectónicas son abrumadoras y plantean una inquietante
secuencia de acontecimientos:
1.- En torno al 9000 a.c. el hombre
cazador-recolector puede llevar una vida agradable en un entorno climático
mucho más amable que el desértico actual. Abundaba el agua, la hierba, los árboles
y la caza. Pero se produjo un cambio climático como consecuencia de la
secuencia final de acontecimientos del deshielo de la última glaciación que
comienza a desertizar el entorno y reduce las posibilidades de subsistencia,
por lo que el hombre debe agruparse en núcleos y cooperar en un fin común, que
empieza por garantizar el sustento y así
nace la agricultura; por selección, ensayo y error de cultivos de la zona, así
como el pastoreo de animales como cabras y ovejas.
Nevali Çori |
2.- Los restos humanos del neolítico, aportan algunos detalles
curiosos, la talla media disminuyó, probablemente por la reducción en la
ingesta de proteínas. La vida era dura, el esmalte dental desaparece por una
alimentación basada en cereales molidos... en fin, una vida que revela una
cantidad de trabajo mucho mayor que en el paleolítico y que en la época de Göbekli.
3.- Y aquí viene la idea inquietante: ¿es este cambio forzoso
de vida hacia unas peores condiciones lo que, comparándolo con el eco del
recuerdo de una vida más relajada y sencilla originó la idea del paraíso
perdido?, ¿del jardín del Edén?, ¿de Adán y Eva?.
Volveremos sobre ello al final del artículo.
El esfuerzo de construcción de una edificación de este tipo
supuso, necesariamente, un proyecto, una idea común, un interés, una
organización, etc. Podemos hacer un paralelismo con Egipto y con la frase
recurrente, "Las pirámides hicieron Egipto y no al revés".
Pero la sorpresa no acaba aquí, ni mucho menos, quizá lo más
sorprendente es su abrupto final, pues 2000 años después de su construcción, el
complejo fue abandonado, pero antes, ¡fue enterrado!, es decir, la gente no se
fue sin más, no fue destruido por un desastre natural o la acción del hombre,
¡fue enterrado!, ¿por qué?. Enterrar algo de este tamaño implicó un gran
esfuerzo, otra idea común. ¿Qué ocurrió?, ¿un cambio en la concepción del
mundo?, ¿se enterró para protegerlo de otras personas cómo durante las guerras
se tapan monumentos o se esconden tesoros con la idea de recuperarlos?.
Es algo muy interesante, ¿se trata de un mensaje?, ¿qué impulsa
a los humanos a enterrar objetos?, ¿sólo la avaricia?. Creo que no, en muchas
ocasiones se han ocultado objetos para preservarlos y que generaciones
venideras recibieran un mensaje. Del mismo modo, Nevali Çori, también se
enterró y por eso llegó hasta nuestros días.
Sea cual fuera la intención de aquella gente, el hecho, es que
hemos recibido un mensaje y está muy claro: la Historia del hombre es muy anterior
a lo que hasta ahora creíamos.
No quisiera acabar la entrada sin tener en cuenta la región en
la que se encuentra, una zona mítica y real, en la que yacimientos arqueológicos
palpables se encuentran en el lugar en el que los Gigantes comenzaron a
jugar a la oca, a muy poca distancia de dónde se dice que procede el patriarca Abraham;
en una región entre el Éufrates y el Tigris, donde imágenes de árboles
y serpientes enroscadas parecen transmitir un mensaje que todos conocemos; donde
se comenzó a esculpir figuras humanas a partir de arcilla, dónde el hombre fue
expulsado del paraíso... ¿os suena?.
Göbekli es real, es palpable, ¿por qué no se
difunde?, ¿por qué no se ha trasladado a los libros de texto?, ¿por qué cuesta
tanto cambiar concepciones?, ¿por qué casi nadie de los que conozco ha oído
hablar de su existencia?, ¿por qué no puede haber más Göbeklis fuera de
Turquía?.
Aún no tenemos todas las respuestas, pero ya tenemos un par de
símbolos que nos van a acompañar a lo largo de la historia de la humanidad, el
árbol y la serpiente. Están en las arcillas de Nevali Çori y en las
iglesias del Camino de Santiago y seguramente tengan un significado común.
Ya tenemos un mensaje desde el pasado, un símbolo que nos conecta.
Buscaremos otros.
Increíble articulo de repente mi mente se ha puesto a imaginar y especular. gracias.
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